Kevin Smith. Categoría: Serie. |
Netflix dividió los diez primeros episodios de Masters del universo: Revelación (Masters of the Universe: Revelation) en dos tandas con cinco cada una. No había ninguna razón argumental para hacerlo, así que el motivo era promocional: al gigante del streaming le venía bien poder anunciar dos novedades en lugar de una sola. Una vez vistas las dos partes, sin embargo, hubiera sido mejor poder apreciarlas de un tirón, puesto que esta segunda parte, o segunda temporada, como cada uno la considere, es la que explica buena parte de los acontecimientos de la precedente.
Lo mejor de la serie vuelve a ser su colorida y llamativa estética y un estimable diseño de personajes que no se limita a repetir los de la serie original de los 80. Cierto que, como tantas otras propuestas contemporáneas, exagera el aspecto escultural de los cuerpos, pero esa es una cuestión que se acepta bien al tratarse de fantasía sin ánimo de resultar realista. Luego la animación es estándar para tratarse de una serie, pero no arruina una atractiva parte visual.
En cuanto al guion, es muy posible que seduzca más a los nuevos espectadores que a quienes crecieron viendo la serie original: otra vez introduce notables cambios en tan conocido universo, cosa que a mí me parece una buena decisión. Hay por ejemplo una variación del personaje de He-Man y, como ya ocurría en la primera parte, el resto de personajes centrales disfrutan de tanto o más protagonismo que el chico que protagoniza los pósters.
Finalmente, las interpretaciones vuelven a ser invariablemente enfáticas, de modo que el tono es exageradamente serio y apenas si deja sitio para el humor. Supongo que eso gustará a quienes se toman estas tramas así, muy en serio. De hecho, la interpretación de Mark Hamill como Skeletor fue ampliamente alabada. Sin embargo, pero para los que no sentimos pasión por las andanzas de He-Man y buscamos un entretenimiento bien realizado ese exceso llega a ser un tanto risible: prácticamente no hay una réplica que no sea dicha como si fuera a cambiar el curso de la humanidad. Además, hay más de un tic melodramático del tipo:
-Ojalá madre estuviera aquí.
-Siempre ha estado.
Os hacéis una idea, ¿verdad? En cualquier caso, teniendo en cuenta el nivel medio de las series animadas de Netflix, esta es de las que resultan recomendables. Riesgo artístico o personalidad, eso sí, mejor buscarlos en otra parte (por ejemplo: BoJack Horseman o The Midnight Gospel).