2021: Vivo

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VivoNetflix

Kirk DeMicco, Brandon Jeffords.
VIVO.
7/10

Categoría: Película.
Guion: Quiara Alegría Hudes, Kirk DeMicco.
Año: 2021.
País: Estados Unidos.
Género: Musical, Comedia, Aventura.
Técnica: 3D, 2D (breves fragmentos).
Estudio: Sony Pictures Animation, Sony Pictures Imageworks.
Idioma: Inglés, Español (breves fragmentos).
Característica: Amistad, Animales, Música, Vejez, Amor.
Duración: 1h 35min.
Clasificación por edades: NR-7.
Streaming: Netflix.

Vivo es una de las películas que evidencian hasta qué punto Sony Pictures Animation vio la luz con Spider-Man: un nuevo universo (2018). Si con su película más experimental logró uno de sus mayores éxitos, ¿por qué no seguir probando otros caminos para la animación 3D comercial? El más claro ejemplo fue Los Mitchell contra las máquinas (2021), con su profusión de texturas, su creativo uso de hipérboles visuales y su ligera desviación de estructuras familiares.

Comparado con la protagonizada por la familia Mitchell, esta es bastante más convencional y menos satisfactoria, pero al menos se aprecia el intento de apartarse de la vertiente más transitada por la animación 3D de los grandes estudios. Por lo pronto, el diseño de los personajes, sin ser una maravilla al estilo de Pixar, es muy estimable. Además, que buena parte de la acción transcurra en Cuba y dos de los cinco personajes centrales sean cubanos es otro paso en pos de la representación de la diversidad -como en El dragón de los deseos (2021), anterior film de Sony Pictures Animation-.

Finalmente, la animación es el aspecto más interesante de la cinta. En parte porque la puesta en escena de varias canciones es imaginativa y/o innovadora; en parte porque figuran un par de fragmentos realizados en 2D: responsabilidad de James Baxter, el experimentado animador que, tras haber trabajado en Disney durante la era del renacimiento, animó la estupenda secuencia en 2D de Kung Fu Panda (2008).

La parte visual no está mal, así que el principal problema que tiene Vivo, además de la previsibilidad de su argumento, es que para ser un musical las canciones no son gran cosa. De hecho, salvo un par con ritmos cubanos y toques de rap y otra decididamente contemporánea que canta la niña Gabi, el resto de canciones son o flojas o, simplemente, rápidamente olvidables. Hay un par de baladas que caen especialmente en el cliché, por ejemplo.

A eso se suma un fallo más que, este sí, casi arruina el film: el anciano protagonista compone una canción para la mujer de su vida con la que expresa el gran amor que siente. La música y la letra en cuestión deberían ser una declaración de amor irrechazable. Lin-Manuel Miranda, el autor de las canciones, es un artista enormemente talentoso con el fenómeno de Hamilton a sus espaldas, pero no todo el mundo es capaz de componer una canción de amor para la historia. La que aquí suena es anodina, no enamoraría a nadie, y para colmo es presentada con unos arreglos modernos que no tienen sentido alguno cuando sabemos que el anciano la compuso hace varias décadas. ¿Tan difícil era contratar a un buen compositor, especialista en música tradicional cubana, para encargarse de la canción más importante de la banda sonora? Hubiera bastado una de las preciosas piezas de Chico y Rita (2011), por ejemplo.

Reseña Panorama
Puntuación
7
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