Luis Roca. Categoría: Película. |
“En 2020 coincidieron el centenario de la muerte del escritor Benito Pérez Galdós y los 120 años del nacimiento del director de cine Luis Buñuel”. Esa es una excusa, tan buena como otra cualquiera, para que Luis Roca plantee este interesante documental que indaga en la relación de esos dos genios o, más precisamente, la influencia que tuvo la literatura del primero en el cine del segundo. Influencia que el cineasta reconoció cuando, en una entrevista con Max Aub, afirmó lo siguiente: «La de Galdós es la única influencia, así en general, que yo reconocería sobre mí».
Benito Pérez Buñuel es un documental atípico que incluye numerosos fragmentos de ficción y varios pasajes de animación. Estos últimos están entre lo mejor de la cinta. En parte porque estéticamente son atractivos, en parte porque están bien narrados; sobre todo porque, a falta de imágenes de archivo, son los más eficaces para mostrarnos momentos de la vida de ambos. Particularmente bienvenida es esa escena en la que Buñuel, acompañado de Federico García Lorca, visita a un anciano Galdós: en una ocurrencia surrealista digna de su cine, el cineasta de Calanda se desdobla en joven y anciano y ambos hablan con el escritor. Buen trabajo, una vez más, el de Manuel Sirgo como director de animación.
Como a menudo ocurre en los documentales estructurados a partir de entrevistas con expertos en el asunto tratado, las intervenciones son desiguales. Todas aportan, pero sería injusto pedir que todas fueran tan valiosas como la del crítico cinematográfico Rafael Congrio, tristemente fallecido por Coronavirus. Solo aparece unos minutos y le bastan para cautivar con su sabiduría y su magnetismo frente a la cámara. Suyas son, de hecho, dos de las más certeras conexiones entre la literatura de uno y el cine del otro.
Cierto que a la hora de indagar en la relación entre Galdós y Buñuel los hallazgos no son muchos, entre otras razones porque, en una obra audiovisual, no es sencillo mostrar parecidos entre texto e imágenes. Sin embargo, solo por lo que ilumina de la vida de ambos por separado, por los expertos a los que da voz y por el sentido del humor de Luis Roca ya merece la pena ver este singular documental.
Finalmente, felicidades a Marta de Santa Ana Pulido por sacar adelante un proyecto tan inusual y ambicioso, que precisa de aunar un rodaje por varios continentes con las desafíos inherentes de cualquier obra con animación.
Es, por otra parte, la segunda vez en poco tiempo que Luis Buñuel es recuperado con un alter ego de animación, tras la premiada Buñuel en el laberinto de las tortugas (2019). Ojalá siga la racha.