Joaquim Dos Santos, Kemp Powers, Justin K. Thompson. Categoría: Película. |
Vaya por delante algo que creo firmemente: esta será una de las películas que más unanimidad suscite entre sus espectadores. A un altísimo porcentaje le gustará y a la mayoría le entusiasmará. Es un futuro clásico que provoca la misma impresión duradera, sino más, que su predecesora, Spider-Man: Un nuevo universo (2018). De hecho, no es nada aventurado afirmar que gustará a quienes disfrutaron de la primera entrega. Posiblemente sea, en el ámbito de la animación comercial, la segunda entrega más satisfactoria desde Shrek 2 (2004) o, quizá, no estoy seguro, desde Cómo entrenar a tu dragón 2 (2014).
Spider-Man: Cruzando el multiverso vuelve a ser visualmente deslumbrante y lleva su espectacularidad visual un paso más allá en ambición, dado que cada universo desarrolla su propia estética: hay de todo desde pasajes que imitan la naturalidad de la rotoscopia hasta un guiño a La LEGO película (2014), pasando por incursiones en el arte pop y, por supuesto, otra generosa dosis de esa animación 3D con elementos del 2D que popularizó la primera parte -ese estilo que se ha dado en llamar 2,5D-. De la animación de Hollywood, quizá sea el largometraje más asombroso visualmente.
No obstante, es una propuesta excesiva en prácticamente todos los aspectos. Para empezar, dado que partió la trama en dos películas, me pregunto cómo llegaron a las dos horas y veinte, una duración inusual hasta para un anime. ¿Cuánto habría durado un único largometraje tal y como estaba originalmente planeado? No creo que nadie se queje por tan generosa dosis, pero por el camino se pierde algo del arte de la concisión que habitualmente ha caracterizado el mejor cine y, específicamente, la animación. Aquí da la sensación de que guionistas y directores querían permitirse cada escena, cada chiste, cada detalle, aunque no fuera esencial para el avance de la historia.
Por otra parte, el horror vacui que se aprecia en su construcción afecta a la banda sonora -cuando no suena una pieza orquestal enlaza una canción tras otra- y a los diálogos: para ser un filme que apuesta fuerte por su apartado visual, choca que dependa tanto de los diálogos, por mucho que la mayoría de ellos sean divertidos. Eso me lleva a la pega final que le veo: funciona mucho mejor cuando permanece en el registro cómico que cuando se adentra en el drama, dado que en esa segunda vertiente genérica cae en más de un lugar común del cine hollywoodiano y la originalidad de los diálogos cae en picado.
Dicho esto, ojalá la animación comercial ofreciera más creaciones como esta. Mis pequeñas objeciones tienen que ver con el grado de exigencia que provoca una obra sobresaliente como Spider-Man: Un nuevo universo.