DOUG, UN ROBOT EXTRAORDINARIO (DOUG UNPLUGS).
4/10
Doug Unplugs no es una serie terrible. No hay nada vulgar o de mal gusto. Sin embargo, comete muchos de los errores de las propuestas animada destinadas a público preescolar, que es claramente el nicho de mercado buscado.
El primero es que la estética no necesita estar tan cuidada como la de las producciones para adultos o niños de más edad. Sí, puede que sean menos exigentes porque no conocen todas las opciones que existen y difícilmente pueden ser ellos quienes elijan, pero eso no niega que merezcan ver una animación bella o artísticamente interesante. Aquí lo que tienen es un 3D que, pesar de ser técnicamente competente, resulta simplón, genérico, desprovisto de toda personalidad…
El otro es su enfoque excesivamente educativo que parece olvidar lo eficaz que puede ser una trama entretenida, o imaginativa, para ese mismo propósito. También Érase una vez… la vida, o los estupendos pasajes animados de Barrio Sésamo tienen un componente didáctico que no esconden, pero está transmitido a través de tramas interesantes o de pasajes estimulantes desde un punto de vista artístico. En Doug Unplugs no tenemos ni lo uno ni lo otro.
Finalmente, las canciones, sin ser horribles, son comerciales y poco inspiradas, así que me surge la pregunta habitual: ¿a quién están dirigidas? Porque yo diría que a los padres con escasa cultura musical, no a los niños: estos últimos aún no han adquirido los prejuicios de sus padres y aceptan con mucho gusto música vanguardista, o experimental o, simplemente, creada por buenos compositores. En este caso, la banda sonora es tan genérica como el 3D, es decir, sin interés alguno.
Al menos la serie transmite buenos valores, como el ecologismo y la solidaridad, y hasta tiene el bienvenido enfoque de animar a saltarse las imposiciones de la sociedad -el protagonista es un pequeño robot que no se conforma con hacer lo que se supone que debe hacer-. Lástima que esas buenas intenciones estén arruinadas por una ejecución tan fallida.