THE CYANIDE & HAPPINESS SHOW.
7/10
The Cyanide & Happiness Show es la serie basada en el webcómic Cyanide & Happiness, uno de los más populares de Internet, del que toma la estética y un humor nada pretencioso y a menudo poco sofisticado.
En vista del éxito de las tiras cómicas, Explosm empezó a publicar cortometrajes animados en su canal de YouTube, que también fueron muy bien acogidos -el canal contaba con más de tres millones de suscriptores en el 2014-, así que sus responsables lanzaron una campaña de micromecenazgo en Kickstarter para financiar una serie. La llamada fue un éxito también: recaudaron 770.309 Dólares, el triple del objetivo marcado.
En el 2014 se estrena la primera temporada en YouTube, en vista del desinterés de la televisión por cable, la segunda y tercera las emite el ya inactivo servicio de streaming Seeso y la cuarta VRV, la plataforma de streaming de Otter Media. Por entonces la serie ya ha logrado suficiente notoriedad como para que finalmente se interese una cadena por cable, SYFY, que repone los episodios en su bloque de animación para adultos, TZGZ, junto a capítulos de Futurama, entre otros clásicos.
A The Cyanide & Happiness Show se le pueden reconocer varios méritos. Uno es que, a pesar de su origen como tira cómica, los capítulos sean esencialmente visuales -apenas si hay diálogo en la mayoría-, así que sus creadores supieron adaptarse bien al medio. El otro es que, a pesar de que su humor es más bien primario, puntualmente se les ocurren gags o ideas brillantes, como ese episodio de la cuarta temporada, The Animator’s Curse, un genial homenaje al stop motion. Finalmente, es bienvenido que emplee el inusual formato de antología y de breves fragmentos independientes en cada capítulo, al estilo de Robot Chicken.
En cambio, ingeniosas ocurrencias aparte, el conjunto no resultará muy atractivo para quienes prefieran un humor más elaborado y, cuando le da por satirizar la sociedad contemporánea uno echa de menos los más lúcidos guiones o la más satisfactoria ejecución de series como Padre de familia, Rick y Morty o South Park. Además, cuando le da por explorar la vertiente dramática, con Now That’s What I Call Depressing como ejemplo paradigmático, lo hace de un modo muy sentimentaloide.