Tage Danielsson y Per Åhlin. Categoría: Película. |
De los 77 minutos que dura I huvet på en gammal gubbe, al menos 50 son animados, así que está considerada la primera película de animación sueca. También es uno de los primeros ejemplos de largometraje animado no apto para niños, muy posiblemente el primero de Europa -a la par con El submarino amarillo-.
Como film que debe resultar interesante de principio a fin es un tanto fallido. Las partes de imagen real parecen no profesionales, con una narración amateur poco sofisticada y carente de ritmo. El tono documental de las escenas grabadas en una residencia de ancianos es curioso, pero no siempre casa bien con las partes de ficción, así que el conjunto es irregular.
En cambio, las partes animadas, dirigidas por Per Åhlin, sí son interesantes. Cuenta con el atractivo de la animación independiente, la que no procede de un gran estudio ni trata de imitar la estética del Disney contemporáneo. Es una obra experimental con un personal uso de colores y del diseño de personajes y fondos. Puede que puntualmente la animación sea algo repetitiva o limitada, pero cuando uno recuerda que fue realizada por solo cinco animadores lo que consiguieron es muy apreciable.
La idea del albañil que se toma una cerveza por cada ladrillo que coloca no está mal, cómo se imagina el anciano la vida en Estados Unidos tiene su gracia y las escenas en las que recuerda su infancia son tiernas. No obstante, la mejor secuencia del film es la que desarrolla su descubrimiento del sexo en un prostíbulo: se ve algo de desnudez, pero el punto culminante está representado por un coito entre una botella de cerveza y un ladrillo. También está conseguida la parte que ilustra la angustia por la muerte que siente el protagonista al recordar el fallecimiento de sus padres.
Si uno sabe valorarla por partes y disfruta de la animación experimental, I huvet på en gammal gubbe es de recomendable visionado.