Adrián Encinas Salamanca, uno de mejores amigos de esta web y un experto en stop motion, inaugura una nueva serie de artículos: ‘Un corto esencial’. Le pedimos que eligiera un corto que le pareciese justamente eso, esencial, y su elección es el nuevo clásico Caracol, col, col (1995), dirigido por Pablo Llorens.
Le cedemos la palabra:
Lo elijo porque…: Puso de manifiesto, a finales de los noventa, que la plastilina no era solo un material con el que contar cosas alegres y enfocadas a la infancia, sino que tenía un gran potencial para mostrar historias sórdidas como la de un psico-killer con ganas de sacar a pasear su furia. A partir de entonces, cada vez que miro un bloque de plastilina roja me recorre un escalofrío por la espalda.
Es esencial porque…: Supuso el primer Goya para la escuela de la stop-motion valenciana, convirtiendo con ello a Pablo Llorens en todo un referente. A partir de este hito, otros valencianos vieron la posibilidad de crear sus propias producciones y, a su vez, estos influyeron en la siguiente generación… haciendo que el germen valenciano de la plastilina animada siga vivo hasta nuestros días.