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Raja Gosnell. Categoría: Película. |
Me temo que todos los aspectos fallidos, poco convincentes o artísticamente pobres de Los pitufos (2011) se repiten en la segunda parte. Lógico cuando participaron los mismos cuatro guionistas y el director: no iban a cambiar el enfoque de pronto, y menos cuando la primera entrega tuvo mucho éxito. Eso implica que es igual de poco recomendable y ni siquiera merece la pena verla por su parte animada que, de hecho, es de lo peor de la cinta.
La única diferencia notable respecto a su predecesora es que parte de la acción se traslada a París, pero es el París de las películas malas de Hollywood, repleto de estereotipos y clichés. Más allá de ver su bonita arquitectura, ni siquiera ese cambio de escenario es un aliciente.
En Los pitufos 2, los protagonistas creados por el historietista belga Peyo vuelven a tener un aspecto del todo discutible, plenamente instalado en el territorio del ‘valle inquietante’, de modo que no me extrañará si, en unas décadas, se emplea como ejemplo en algún artículo titulado ‘horrores de los inicios del 3D por ordenador’.
En fin, no veo por qué nadie con amor propio, o que aprecie su tiempo, o que tenga un mínimo de exigencia artística, querría ver esta película entera. Bueno, se me ocurren dos. Uno es que sea tal su entusiasmo por los pitufos que acepte verlos incluso en un contexto tan poco interesante. El otro es que tenga la curiosidad de ver a Gargamel interpretado por Hank Azaria, la voz de Moe Szyslak, Chief Wiggum y Apu Nahasapeemapetilon, entre otros populares personajes de Los Simpson.
Por suerte, Los pitufos 2 no fue tan bien en taquilla, de modo que Sony Pictures Animation cambió el planteamiento y propuso Los pitufos: La aldea escondida (2017), que no es ninguna maravilla pero sí bastante mejor que las dos primeras entregas.
