BENDITO MACHINE.
9/10
Bendito Machine se puede disfrutar como una saga de cortometrajes independientes unidos por un tema -la relación entre unos seres vivos simples con las máquinas- o una serie de la que se estrena un nuevo capítulo al cabo de uno o varios años. En cualquiera de los dos casos, es una de las más singulares e imaginativa propuestas del siglo XXI.
Jossie Malis, creador de la serie y director de los episodios / cortometrajes, desarrolla una propuesta visual que ya de por sí es muy peculiar: los personajes, objetos y elementos naturales y arquitectónicos son siluetas negras sobre fondos de color, habitualmente cielos que parecen surgidos de una producción de ciencia ficción -género con el que comparte más de una característica-.
Con esa estética nos traslada a un personal universo fantástico poblado por seres que parecen pertenecer a una antigua civilización junto a fascinantes y complejas máquinas retro-futuristas cuyo funcionamiento rara vez queda claro. Ese planteamiento le sirve a Jossie Malis para satirizar la sociedad contemporánea y, en general, la humanidad, como en ese brillante episodio que repasa la historia del ser humano, hasta nuestros días, en solo unos minutos. La narración, por cierto, puede ser velocísima como en este último caso, con una rápida sucesión de planos de uno o dos segundos, o pausada y contemplativa como en el bello capítulo sexo, así que también en ese aspecto es un interesante ‘tour de force’.
La serie empezó muy bien y con una premisa muy atractiva, pero es que con cada capítulo / corto fue creciendo en ambición artística, en parte porque el director fue siendo más osado, en parte porque gracias al apoyo de Canal+ o la compañía francesa Autour de Minuit Productions imagino que dispuso de mayor presupuesto.
Nota: creo que hay un homenaje a una de las más probables influencias estéticas de la serie, los diseños de Roland Topor para El planeta salvaje (1973).
