DONE IN 60 SECONDS WITH CLAY.
7,5/10
Done in 60 Seconds with Clay muy posiblemente sea la primera serie creada por Lee Hardcastle, el artista que presenta sus creaciones como “plastimación que no es para niños” y que alcanzó una notable popularidad gracias a Ghost Burger (2015) y, sobre todo, The Non-Canonical Adventures (2016), realizada a partir de los personajes de Rick y Morty con el visto bueno de Dan Harmon y Justin Roiland.
Esta es una creación de sus inicios y sin apenas presupuesto, pero ya se advierten dos de sus señas de identidad: 1) un talento para la puesta en escena que le permite imitar las atmósferas inquietantes o malsanas del cine de terror, su género favorito; 2) una asombrosa facilidad para convertir la plastimación en un sangriento festín de violencia.
Esta serie es, en muchos aspectos, una precursora de la más ambiciosa Claycat Cinema (2014), que también reinterpreta en clave cómica y con personajes de plastilina de clásicos del cine de acción y terror, con la diferencia de que aquí cada episodio dura exactamente 60 segundos (más los créditos finales). Ofrece irreverentes y divertidos homenajes a películas como El exorcista (1973), de William Friedkin, Life Aquatic (2004), de Wes Anderson, o Cabeza borradora (1977), de David Lynch.