FAIRVIEW.
7,5/10
Comedy Central es un ejemplo paradigmático de lo que cuesta tener éxito en el ámbito de la animación para adultos. Salvo FOX, que cuenta con el bloque estable Animation Domination –Los Simpson, Padre de familia, Bob’s Burgers…- y Adult Swim, el bloque de Cartoon Network cuya razón de ser es la animación no apta para público infantil, el resto de cadenas se estrellan una y otra vez o, en el mejor de los casos, solo tienen éxito con una. A Comedy Central le fue muy bien con South Park (1997), pero desde entonces rara es la serie que estrena que pasa de las dos temporadas.
Fairview es un caso más de intento fallido de sumar una segunda serie de éxito por parte de la cadena que emite South Park. Se nota que está pensada para agradar a un público similar -es también una sátira de la sociedad estadounidense contemporánea-, pero no acaba de resultar convincente, ni desde un punto de vista artístico ni, sobre todo, como entretenimiento para un público acostumbrado a las genialidades de Trey Parker y Matt Stone.
Surgió de la mente de R.J. Fried, que además de ser el productor ejecutivo del Late Show presentado por Stephen Colbert, es cocreador de dos propuestas de animación para adultos muy parecidas: Animado presidente (2018) y Tooning Out the News (2020). Como aquellas, la que nos ocupa también se centra en ridiculizar a la extrema derecha, a los conservadores en general, a los fanáticos religiosos y a los dirigentes políticos ineptos. De paso, trata asuntos como la hipocresía de las grandes corporaciones respecto al cambio climático, el fenómeno Only Fans, las inversiones en criptomonedas o el auge de antivacunas en el contexto del Covid-19.
El problema es que, a pesar de sus buenas ideas y de lo bien que le toma el pulso a la deriva moral estadounidense, la ejecución es poco satisfactoria. Hay chistes que seguramente funcionaban sobre el papel pero no lo hacen del todo bien -o nada en absoluto- cuando los vemos con una poco atractiva animación y unas interpretaciones no muy inspiradas. Dicho esto, gustará a quienes apreciaran las otras dos creaciones de R.J. Fried y a espectadores de izquierdas que disfruten riéndose de la derecha más extrema.
