MARY SHELLEY’S FRANKENHOLE.
7,5/10
Stop motion al servicio del público adulto. No era la primera vez que se hacía, pues en Adult Swim, el bloque de la cadena Cartoon Network, ya existía el exitoso precedente de Robot Chicken y la anterior creación de Dino Stamatopoulos, Moral Orel, ambas del 2005. Sin embargo, Mary Shelley’s Frankenhole posee la particularidad de su atractiva estética, eso en un ámbito, el de la animación para adultos, que ha sido comprensiblemente criticado por su aspecto generalmente poco cuidado.
Sus personajes parecen diseñados con papel, como un elaborado trabajo de origami, al menos la parte del rostro. El resultado es tan singular como encantador, aunque comprendería que algunos espectadores encontraran la estética un tanto perturbadora. Claro que esa fealdad de los rostros es claramente deliberada, una de las señas de identidad de la serie. También los decorados y otros aspectos de la producción son un acierto y la animación es del todo convincente.
Lo que limita Mary Shelley’s Frankenhole es la estructura repetitiva de los episodios y un humor que se inclina demasiado hacia su más primaria vertiente. El recurso a monstruos clásicos es bienvenido y las parodias de personajes históricos también -el episodio en el que Thomas Jefferson no se cree que haya un presidente negro en Estados Unidos es impagable-, pero se echa de menos, en ocasiones, una trama algo más robusta y variada. En cualquier caso, es una curiosidad del catálogo de Adult Swim al que merece la pena darle una oportunidad, sobre todo si te gusta el stop motion.
