¿QUÉ PASARÍA SI…? (WHAT IF…?)
8/10
¿Qué pasaría si…? es la cuarta serie del Marvel Cinematic Universe y la primera de animación. Se trata de revisar acontecimientos clave de las películas del MCU e imaginar qué ocurriría de introducir alguna modificación. Por ejemplo, que Thor sea un presumido hijo único, que Ultrón hubiese ganado, que Doctor Strange perdiese a su amada en vez de sus manos o que Peggy Carter hubiese sido la primera vengadora. Una premisa habitual en la historia de los cómics que permite explorar otras líneas temporales y posibilidades para tan populares superhéroes sin por eso alterar su canon. Algo así como lo que ocurre con Los Simpson y otras muchas series: los acontecimientos de un episodio no tienen continuidad, salvo excepciones, en los siguientes; es como si no hubieran sucedido.
Al transcurrir en el MCU, los personajes mantienen las características de sus equivalentes no animados y hasta reproducen el aspecto de los actores que los interpretaron en las películas y series de acción real. El aspecto, por cierto, no siempre está igual de conseguido: si las versiones animadas de Benedict Cumberbatch o Samuel L. Jackson sí muestran un notable parecido; las de Scarlett Johansson, Robert Downey Jr. y muchos otros ya son más discutibles.
Dicho esto, a pesar de alguna que otra reproducción de un rostro algo más floja, la estética de la serie es uno de sus puntos fuertes. Ryan Meinerding dijo haberse inspirado en ilustradores estadounidenses clásicos como J. C. Leyendecker, Norman Rockwell, Tom Lovell y Mead Schaeffer y en el film de Disney La dama y el vagabundo (1953) para lograr un aspecto hiperrealista y alejado de los dibujos animados tradicionales. Por otra parte, está animada en 3D pero con una estética cercana al 2D conocida como 2.5D: a pesar de los progresos tecnológicos, ese tipo de animación en 3D que imita la apariencia de la animación con acetatos no acaba de estar del todo lograda. De todos modos, la parte visual es de lo mejor de ¿Qué pasaría si…? e imagino que fue una de las razones de su éxito, más allá del reclamo que suponen los personajes de la Marvel.
Por lo demás, aunque las réplicas caen habitualmente en lugares comunes del subgénero de los superhéroes y no son un prodigio de escritura audiovisual, las tramas sí son interesantes y proponen curiosas alternativas al MCU. El capítulo dedicado a Doctor Strange es estupendo, el de la invasión zombi es muy entretenido -no me extraña que Marvel haya dado luz verde al spinoff Marvel Zombies– y los dos episodios finales, que rompen la estructura de antología, son muy eficaces. Supongo que la serie gustará especialmente a quienes conozcan bien los largometrajes de los que deriva, pero creo que agradará también a neófitos del MCU atraídos por su estética.