En el Festival de Annecy 2022, el más importante evento dedicado a la animación, solo hubo dos directores que tuvieron un par de obras en las selecciones oficiales. Uno es el maestro japonés Koji Yamamura, del que se proyectó el largometraje Dozens of Norths y el corto Polar Bear Bears Boredom.
El otro fue un nuevo talento colombiano, Carlos Velandia, del que en el festival francés se pudieron ver La mujer como imagen, el hombre como portador de la mirada, incluido en la sección experimental Off-Limits, y Todas mis cicatrices se desvanecen en el viento, este último dirigido junto a María Angélica Restrepo Guzmán y seleccionado para la sección de cortos de escuela. En vista de ese éxito artístico, además de entrevistarle, le pedí que me enviase su lista de filmes preferidos.
Por si eso fuera poco, quise también que nos recomendase un corto de animación que le pareciese esencial. El elegido es LUPUS (2016), dirigido por Carlos Alberto Gómez Salamanca. Le cedo la palabra para que nos explique el porqué de su elección:
Lo elijo porque…: es una película que articula líneas narrativas, estéticas y conceptuales, para conformar una experiencia fílmica intrigante en el terreno de la no ficción, lo cual creo que es algo muy valioso en una obra de animación. El cortometraje levanta preguntas inquietantes sobre los “daños colaterales” en nombre del progreso y sobre un universo sociopolítico en constante construcción que construye promesas de porvenir en un sustrato que se alimenta de vidas humanas.
Es esencial porque…: es una obra fundamental para la animación experimental y de no ficción en Colombia. Considero que la obra de Carlos ha sentado un camino y abierto una serie de expectativas para nuevas generaciones en nuestro país interesadas por la animación en aquellos umbrales donde la experimentación formal y narrativa hace que las obras sean complejas y difíciles de definir.