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Don Jurwich, Jack Conrad. Categoría: Película. |
Solo cuatro años y otras tantas películas duró la moda de los dibujos animados pornográficos en Estados Unidos. Desde el estreno de El Gato Fritz (1972) hasta el del filme que nos ocupa. Cierto que Ralph Bakshi incluyó algún elemento erótico en Los hechiceros de la guerra (1977), pero el sexo ya no volvió a ser el aspecto central de ninguno de sus largometrajes ni la industria estadounidense apostó de nuevo por la calificación X de una propuesta animada para atraer espectadores. Lógico cuando, salvo El Gato Fritz, el resto de intentos –Las nueve vidas de Fritz el gato (1974), Down and Dirty Duck (1974) y la que protagoniza esta reseña- habían sido un fracaso en taquilla.
Once Upon a Girl comienza con un juicio a Mamá Ganso por obscenidad: por lo visto, se dedica a contar los cuentos clásicos con numerosas escenas sexuales. Para defender su caso, animada por el juez, relata las historias de Jack y las habichuelas mágicas, la Cenicienta y Caperucita Roja y, por supuesto, son una sucesión de escenas sexuales disparatadas y sin justificación alguna. Da igual, de lo que se trataba era de ilustrar tetas, vulvas y coitos -curiosamente los penes no se ven- para excitar al personal.
Hay gente para todo, naturalmente, pero dudo que logre ese objetivo cuando los dibujos son tan flojos y la animación tan rudimentaria: los coitos son casi siempre un mismo movimiento de penetración repetido una y otra vez. El guion es de una simpleza asombrosa y el resultado, en general, difícilmente puede ser calificado de profesional. Además, las tramas son bastante problemáticas: Caperucita, por ejemplo, es violada repetidas veces y no solo no se da cuenta sino que lo acepta de buen grado.
Artísticamente pobre, sin valor alguno en su empleo de la animación, solo es recomendable para estudiosos del porno o para quien desee verla desde una perspectiva antropológica, con el fin de analizar qué se consideraba potencialmente excitante en los 70.
