2011: La colina de las amapolas (Kokuriko-zaka kara)

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La colina de las amapolas (Kokuriko-zaka kara)amazonNetflix

Gorô Miyazaki.
LA COLINA DE LAS AMAPOLAS (KOKURIKO-ZAKA KARA).
8/10

Categoría: Película.
Guion: Hayao Miyazaki y Keiko Niwa.
Año: 2011.
País: Japón.
Género: Drama, Comedia.
Técnica: 2D, Anime.
Estudio: Studio Ghibli; Walt Disney Studios (producción); Nakamura Production, Khara Corporation, Oh Production, The Answer Studio, Gonzo, Anime Torotoro, Asahi Production, Studio Takuranke, Sakura Create (animación adicional).
Idioma: Japonés.
Característica: Familia, Amor, Adolescencia, Delicado, Intimista, Melancólico, Preciosista.
Duración: 1h 31min.
Clasificación por edades: NR-7.
Streaming: Netflix.

Segunda película dirigida por Gorô Miyazaki tras Cuentos de Terramar (2006), film estimable con numerosos aspectos positivos que juzgó severamente buena parte de público y crítica por pertenecer a la filmografía de Studio Ghibli, uno de los más queridos estudios de animación. Que además Gorô sea el hijo de uno de los mejores cineastas, Hayao Miyazaki, tampoco ayudó a que fuera apreciada por sus méritos más que por la inevitable comparación con obras maestras como La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001).

Si ese primer trabajo pudo despertar dudas sobre por qué Gorô Miyazaki llegó a dirigir un film para Studio Ghibli a pesar de no tener ninguna experiencia en el mundo de la animación -haber diseñado el edificio del Ghibli Museum no creo que cuente-, no ocurrirá lo mismo con La colina de las amapolas, porque es una preciosidad que recuerda en muchos aspectos a otro título del estudio que está entre nuestros favoritos: Susurros del corazón (1995).

Como aquel, está protagonizado por dos de esos adolescentes cultos y extraordinariamente responsables que prácticamente solo se ven en el cine japonés. Coincide igualmente que se interesan por la cultura y uno de ellos dirige el periódico del instituto, aunque estos dos jóvenes no viven el arte de un modo tan apasionado. Adjetivo que, en cambio, sí describe bien su enamoramiento.

Ambos films, como otros tantos de Studio Ghibli, están contados con enorme sensibilidad, con una atención exquisita a los sentimientos que revela el cariño con el que están tratados los principales personajes. Finalmente, están los dos impregnados de un tipo muy particular de melancolía y tristeza que conviven con el vitalismo y un sentido del humor que depara eficaces pasajes cómicos. En estos aspectos, se nota la mano en el guion de Hayao Miyazaki y Keiko Niwa, el dúo que escribió también Arrietty y el mundo de los diminutos (2010). De hecho, si nos guiamos por lo visto en el documental 10 Years with Hayao Miyazaki, el padre del director se involucró en la producción más allá de su labor como guionista -cosa que creó una comprensible tensión con Gorô-.

En cuanto a la animación, es tan deslumbrante y bella como se espera de Studio Ghibli. Cómo está retratada la colina en la que vive la protagonista es una maravilla y muchos de los fondos, entre ellos los que ilustran las puestas de sol, son una preciosidad. No hay ninguna escena en La colina de las amapolas que no sea satisfactoria desde un punto de vista estético, de modo que es un excelente ejemplo de la vertiente realista del estudio japonés.

Reseña Panorama
Puntuación
8
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