Jill Culton, Todd Wilderman. Categoría: Película. |
Abominable fue el segundo claro intento de DreamWorks Animation de ganarse el favor del público chino, tras Kung Fu Panda 3 (2016). Originalmente concebido para ser realizado junto a su filial china, Oriental DreamWorks, acabó finalmente siendo una coproducción con Pearl Studio, su estudio sucesor que por entonces era ya independiente: cuando NBCUniversal compró la compañía a finales del 2016, se deshizo de sus lazos empresariales con China, que no de sus lógicas pretensiones de mantener su presencia en el que ya era el segundo mayor mercado tras el estadounidense. Eso explica que los protagonistas sean chinos y vivan en el país y que haya dos versiones originales, una en inglés y otra en mandarín.
El mejor aspecto de la película es el visual. En parte porque el personaje protagonista, un yeti llamado Everest, es un acierto de diseño. Recuerda un poco a las criaturas de Monstruos, S.A. (2001), algo que quizá tenga que ver con que Jill Culton fuese una de las autoras de la historia original de ese clásico de Pixar. También es estupenda visualmente la parte final, la que transcurre en la naturaleza y, especialmente, en la conocida montaña: los son preciosos y las partes que muestran los poderes de Everest están bien ilustradas y al menos una de ellas resulta espectacular.
En cambio, el guion y cómo está narrado son apartados algo más flojos o por lo menos se ven lastrados por la escasa originalidad. En el cartel del film figura la frase promocional “del estudio que te trajo Cómo entrenar a tu dragón” y es evidente que trató de repetir el éxito con otra historia centrada en la relación entre un adolescente y una criatura fantástica salvaje. Muchos de los mejores momentos tienen también que ver con su manera de comunicarse y con la progresiva humanización del animal / monstruo. Sin embargo, para emular esa trilogía también es importante que el guion esté bien desarrollado -en lugar de limitarse a reciclar escenas ya vistas en otras películas- y que la dirección incluya escenas brillantes.
Finalmente, es estupendo que la música sea importante en la trama, porque los poderes del Yeti surgen de una suerte de canto gutural y la interpretación del violín de la adolescente protagonista resulta ser esencial, pero DreamWorks Animation, como de costumbre, no resistió la tentación de incluir también canciones de pop comercial poco interesantes desde un punto de vista artístico. No es nada comparable a la terrible banda sonora de Trolls (2016), pero se ve que a algún ejecutivo le dio miedo eso de que solo sonara música orquestal y un violín solista. ¿En tan baja estima tienen a los espectadores o es un reflejo de los gustos musicales de los mandamases?