RUGRATS AVENTURAS EN PAÑALES (RUGRATS).
8,5/10
Cuando Rugrats aventuras en pañales comenzó a emitirse, yo no tenía muchos más años que sus protagonistas aunque sabía ir al baño solito. La serie me encantaba. Más de una década después, cuando concluyó en el 2004, ya hacía tiempo que se suponía que no debían interesarme los dibujos animados, pero seguía viendo los episodios cada vez que daba con uno en televisión. Y sí, hasta fui a ver al cine la primera de las películas, Rugrats La película (1998), ya plenamente instalado en la adolescencia.
Imagino que mi historia es la de otros muchos niños que crecieron con ella y siguieron viéndola, aunque quizá ya sin el mismo entusiasmo, durante su adolescencia y entrada en la edad adulta. Es más, los mejores capítulos pueden ser revisados y aceptan el calificativo de clásicos de la animación infantil, pues conservan intacto su atractivo.
La serie de Arlene Klasky, Gábor Csupó y Paul Germain fue una inteligente e imaginativa mirada al universo de los bebés que conseguía hacernos ver el mundo a través de sus ojos, a partir de su lógica, sus miedos y sus intereses. No había chistes con dobles sentido para adultos, solo buenos y entretenidos guiones.
Rugrats: Aventuras en pañales, segundo Nicktoon de Nickelodeon tras Doug y antes de Ren y Stimpy, fue además esencial para definir una era de series animadas infantiles e inició el periodo de oro de la cadena estadounidense, prolongada, no por casualidad, con otras series de Klasky Csupo, como Aaahh!!! monstruos, Los Thornberrys o Ginger. La que nos ocupa fue tan popular que deparó una trilogía cinematográfica, varios especiales y dos series asociadas: Más grandes y traviesos (con los mismos personajes tras cumplir diez años) y la breve Rugrats Pre-School Daze.