GHOST BURGER.
9/10
Ghost Burger es un corto que Lee Hardcastle estrenó en el 2013 y que, dos años después, decidió ofrecer en su canal de YouTube como una serie de seis episodios. Seis estupendos episodios que demuestran, por si hacía alguna falta, que la animación con plastilina es un medio tan bueno como cualquier otro para contar historias de terror con altas dosis de gore. Es más, ver a figuras de plastilina, con las que crecimos en más de un programa infantil, salpicadas de sangre o devoradas por un retrete con dientes crea un fenomenal contraste que está en el origen de buena parte del encanto de esta singular propuesta.
El punto de partida de la serie es muy imaginativo: cuando uno mata un fantasma, puede coger su cuerpo, pasarlo por una picadora y servir su carne en una hamburguesa bautizada como ‘Burger Blanc’ -así, en francés, que suena más chic-. Hamburguesas que, por lo visto, están mucho más buenas que las tradicionales. Lo que ocurre es que esos fantasmas, terriblemente violentos, vuelven a la vida las noches de luna llena, aunque sea a través de los estómagos de quienes han consumido su carne en forma de hamburguesa. A partir de ahí, naturalmente, el festín de sangre y vísceras está servido.
Hardcastle filma y anima esas escenas con eficacia, con un notable dominio de los códigos del cine de terror pero sin perder nunca de vista una lectura cómica. Porque, admitámoslo, ver a fantasmas de plastilina con actitud de psicópata o a un refrigerador convertido en un enorme fantasma sediento de humanos tiene su gracia.
Por cierto, en el primer episodio hay un cameo de Nacho Vigalondo como descontento cliente del restaurante, al que oímos decir, en español, “qué asco, esta hamburguesa es asquerosa”. Claro, él no ha tenido la suerte de probar la especialidad de la casa, la de fantasma.