Matt Groening y Josh Weinstein. Categoría: Serie. |
Cuando se estrenó la primera parte y acudí entusiasmado a verla porque uno de sus creadores era Matt Groening, pronto descubrí que estaba bastante menos lograda que Los Simpson y Futurama. Eso sí, quise darle tiempo porque a menudo una serie no muestra todo su potencial en los capítulos iniciales. Cuando el año siguiente llegó finalmente la segunda parte, aprecié cierta mejoría, así que, ingenuo como soy a veces, aun quise darle más tiempo pues quizá seguía mejorando y culminaba en una estupenda cuarta y última parte.
Ese optimismo se ha esfumado con esta tercera parte, pues en lugar de la esperada mejoría es un paso atrás. Por lo pronto, vuelve a tener el mismo problema de ritmo para tratarse esencialmente de una comedia, pues son pocos los chistes que funcionan y pasan varios minutos entre un pasaje divertido y otro. Además, esta vez ni siquiera disfrutamos de esa colección de gags escondidos habituales en las series apadrinadas por Matt Groening.
Por otra parte, da la sensación de que sus responsables no saben muy bien qué tipo de serie quieren que (Des)encanto. sea. Cada vez hay menos toques de comedia y los elementos de misterio y aventura, que son privilegiados cada vez más, no resultan particularmente interesantes. No creo que mucha gente la vea solamente por eso, por saber qué pasará con la princesa Bean y sus amigos y familiares, porque cogerle cariño a estos personajes tampoco es una tarea fácil.
Al menos nos queda la estética, con el aspecto de los personajes marca de la casa, el lujoso castillo del príncipe Merkimer y el mundo steampunk de Steamland. Claro que como el estándar de animación es el habitual en este tipo de series -no muy sofisticado-, tampoco merece la pena solamente por su apartado visual.
Decepcionante.