Silvia Carpizo. Categoría: Cortometraje. |
The Neverending Wall es uno de esos asombrosos cortometrajes que, una vez vistos, ya no se olvidan. Es, además, de los que poseen esa rara cualidad que permite la animación: estar realizado con el elemento mismo que se denuncia. Y es que Silvia Carpizo tuvo la feliz y osada idea de animar las pinturas que decoran los restos del muro de Berlín, acertadamente definida al inicio de la obra como “la más larga galería al aire libre en el mundo”.
En el corazón de este corto hay, junto con una brillante experimentación artística, un rechazo a los muros, esos rotundos símbolos de la división humana, de lo que falla en este mundo. Por si la tesis no es ya lo suficientemente clara durante la obra, los títulos de crédito finales desarrollan esa idea al establecer paralelismos entre el muro de Berlín, una división vergonzosa que acabó bien, y los que todavía existen en España, Perú o Israel, vergüenzas que, tristemente, aún existen.
Silvia Carpizo y su coguionista, José Moo, sitúan la acción en ese muro, donde un misterioso personaje oscuro, con un aspecto cercano al protagonista de Nosferatu (1922), pasa de un mural a otro con la que parece una mezcla de estupor y confusión. No sé si visita las creaciones de los 102 artistas, pero es posible que así sea, porque en los diez minutos de fascinante animación se suceden multitud de estéticas y un repaso al arte del siglo XX al que Carpizo da vida con admirable creatividad.
En última instancia, junto con la denuncia, hay un recordatorio del papel que el arte puede jugar en la lucha por un mundo mejor, un arte que aquí nos recuerda un horror reciente que no se debería consentir en otros lugares.
Es, finalmente, otra excelente producción de Chelo Loureiro para la esencial productora Abano Producións, de nuevo con una inspirada banda sonora de Nani García.
The Neverending Wall fue candidato en los Premios Goya 2018 en la categoría de Mejor cortometraje de animación, la edición en la que ganó Woody & Woody, dirigido por Jaume Carrió.