Eric Darnell y Tom McGrath. Categoría: Película. |
Aunque es un tipo de cine artísticamente decepcionante, comprendo por qué los ejecutivos de DreamWorks Animation, en vista del resultado en taquilla de la saga Shrek y de Madagascar (2005), pensaron que habían dado con la fórmula del éxito. Se trataba de mezclar comedia (puntualmente sofisticada pero sobre todo primaria), canciones de éxito y un tono irreverente en el seno de una propuesta apta para todos los públicos. En Madagascar 2 esa combinación volvió a lograr una estupenda recaudación, pero a pesar de mejorar muy levemente la impresión dejada por su predecesora, es esencialmente más de lo mismo.
Eric Darnell y Tom McGrath repiten como directores y firman también el guion junto a Etan Cohen, una buena incorporación puesto que escribió varios episodios de dos prestigiosas creaciones de Mike Judge: Beavis y Butt-Head y El rey de la colina. La inteligencia de aquellos trabajos solo se aprecia aquí ocasionalmente y cualquier esperanza de que la propuesta tome otro camino se diluye nada más comenzar el film, cuando retoma sin pudor alguno la idea de poner a los animales a bailar ‘I Like To Move It’, de Reel 2 Real. Ese recurso que, lo reconozco, tiene su gracia, es repetido aquí una y otra vez.
Buena parte de los esfuerzos del film van dirigidos a seguir aprovechando la comicidad de los inspirados personajes secundarios que tan bien funcionaron en la primera parte, la explosiva de Sacha Baron Cohen como el rey Julien y del cuarteto de pingüinos, y la más contenida pero también eficaz de David Schwimmer como la hipocondriaca jirafa Melman. También repite la anciana aficionada a golpear leones, que por lo visto a la gente le resulta divertida. Lo que ocurre es que sus intervenciones son gags independientes en los márgenes de la trama principal, está claro que son añadidos con una única finalidad cómica, aunque menos mal que los incluyeron, porque de lo contrario hubiera sido una película previsible y además poco divertida.
Ocurre que el resto, ese argumento central protagonizado por un conflicto paterno-filial que recuerda demasiado a El rey león (1994), es terriblemente poco original, mientras el conflicto secundario centrado en la amistad resulta igualmente familiar. Al menos hay que concederle que la resolución gracias al baile, no la fuerza, es una bienvenida variación, aunque el mejor gag que tenga que ofrecer esa trama sea una parodia de West Side Story (1961).
Por lo demás, tanto la animación como la narración son más satisfactorias aquí que en Madagascar, así que lo que pierde en originalidad lo compensa con esos apartados.
La saga, por otra parte, siguió creciendo en el terreno cinematográfico con Madagascar 3: De marcha por Europa (2012).
Nota: es posible que el avión que despega con un enorme tirachinas sea un homenaje a El super agente Picapiedra (1966), donde ya empleaban ese mismo sistema para un avión prehistórico.