TIGTONE.
8/10
Si estabas buscando una parodia de las fantasías medievales, protagonizada por un héroe adicto a las misiones, cuyo talento para matar es inversamente proporcional a su inteligencia, al que ayuda una suerte de duende capaz de regenerarse, con una estética que convierte a la fealdad en su razón de ser y que transcurre en un universo que parece sacado de un cómic de serie Z, no busques más porque ya lo has encontrado.
Tigtone es una de esas delirantes rarezas con las que regularmente nos obsequia Adult Swim a los amantes de la animación para adultos. Su forma de reírse de los héroes hiper masculinos sedientos de sangre, entre otros clichés del género de aventuras, ya es un acierto. Sin embargo, los inspirados guiones son solo uno de los atractivos.
El otro, y yo diría que el más llamativo, es su peculiar estética, realizada mediante una técnica de captura de movimiento en dos dimensiones que no se parece a nada que uno haya visto. En parte deliberadamente, en parte por la falta de presupuesto y tiempo, el resultado parece realizado por un grupo de animadores inexpertos en una noche de insomnio.
Esa hipnótica fealdad alcanza su cumbre en las expresiones faciales, pues da la sensación de que el movimiento de boca u ojos, por ejemplo, no casa bien con el óvalo de la cara. Y sin embargo, se nota también, en el diseño de los personajes y de los fondos, el talento de los animadores y artistas implicados, así que esa estética fea es definitivamente un efecto buscado que dota a la serie de un atractivo muy singular.