1950: La cenicienta (Cinderella)

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La cenicienta (Cinderella)amazon Disney+

Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske.
LA CENICIENTA (CINDERELLA).
9/10

Categoría: Película.
Producción: Walt Disney y Ben Sharpsteen (supervisor).
Guion: Bill Peet, Erdman Penner, Ted Sears, Winston Hibler, Homer Brightman, Harry Reeves, Ken Anderson y Joe Rinaldi.
Año: 1950.
País: Estados Unidos.
Género: Fantasía, Musical.
Técnica: 2D.
Estudio: Walt Disney Studios.
Idioma: Inglés.
Característica: Príncipes, Princesas, Animales, Hadas.
Duración: 1h 14min.
Clasificación por edades: Todas las edades.
Streaming: Disney+.

La cenicienta fue el primer largometraje con una sola historia que Disney realizó desde Bambi (1942). Entre tanto, el estudio de Walt Disney se había dedicado a producir films propagandísticos –Victoria por Medio de la Fuerza Aérea (1943)-, obras por encargo para mejorar las relaciones con Latinoamérica –Saludos Amigos (1942) y Los tres caballeros (1944)- y una serie de recopilatorios destinados a mejorar las maltrechas finanzas de la compañía -entre ellas una versión de Fantasía con música popular: Música, Maestro (1946)-.

Tras esa década de supervivencia y economía que culminó con La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo (1949), Walt Disney pensó que la mejor manera de reducir la deuda del estudio era volver a las ambiciosas producciones, así que puso en marcha dos proyectos, este y Alicia en el país de las maravillas (1951). La cenicienta fue el primer en estar terminado. Una suerte para la compañía, porque volver al modelo de las princesas que tan buen resultado le había dado en Blancanieves y los siete enanitos (1937) fue lo que enderezó las finanzas y garantizó su supervivencia: esta adaptación del popular cuento de Charles Perrault fue su mayor éxito desde Dumbo (1941) y obtuvo muy buenas críticas.

Esta película ha sido ya analizada por multitud de historiadores de la animación desde prácticamente cualquier ángulo, así que me limitaré a listar algunos de sus mayores aciertos. El primero, o mas evidente, es que la animación es de nuevo de primera calidad. Aquí participaron todos los “old nine men” y el estudio había alcanzado un nivel de especialización admirable, así que cada aspecto es excelente. El diseño de los personajes, su expresividad, la elección de colores, el dibujo de los fondos… Todo es una maravilla.

Por otra parte, puede que Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske llevasen una temporada sin dirigir un largometraje de este tipo, pero no habían perdido nada de práctica con la narración, que es posiblemente lo mejor del film. El ritmo es impecable desde el inicio, hay planos fabulosos como la primera aparición de la madrastra -que emerge de la oscuridad-, emplea la arquitectura como un personaje más -las sobredimensionadas escaleras del palacio, entre otros muchos ejemplos- y propone una eficacísima elipsis final al pasar de la rotura del zapato de cristal directamente a las campanas de boda. Además, abundan las escenas brillantes, como la inicial, con el despertar de la protagonista, la popular entrada en acción del hada madrina y, cómo no, la secuencia del baile en palacio.

Jordi Sánchez-Navarro, en su libro La imaginación tangible (2020), destaca el trabajo de la diseñadora Mary Blair y cómo la película representa un punto de inflexión en el modo de narración del estudio: “en apenas setenta minutos, desfilan ante el espectador un elenco de personajes inolvidables (…) y secuencias para la historia, como las de los animalillos ayudando a Cenicienta, la legendaria transformación de la joven gracias a la magia del hada madrina, el baila, la historia del zapato y todo el desenlace, elementos todos ellos tan poderosos que se han convertido en ingredientes imprescindibles del canon narrativo del género. En ese aspecto, destacan las escenas protagonizadas por la madrastra, puro melodrama gótico, claramente inspirado en el cine expresionista alemán y en el estilo visual del film noir americano, algo nunca visto en el terreno de la animación”.

Cierto que la estructura de la historia sigue al pie de la letra el modelo que más claramente se asocia a Disney -una princesa y adorables animalitos entre los personajes secundarios-, pero aquí aún daba la sensación de ser una opción genuina, tomada también desde un punto de vista artístico, y no solo un modelo que había que repetir hasta la saciedad. Además, como incluye numerosos toques de humor -el ratón que pone las perlas del collar en la cola del otro ratón, por ejemplo- y la música es una delicia con canciones memorables, ese esquema resulta hasta encantador.

Nota: el mismo año en el que La cenicienta llegó a los cines estadounidense, también se estrenó en los españoles otra versión del cuento de Perrault, Érase una vez, dirigida por Alexandre Cirici Pellicer. Si no compartieron título es porque Disney lo había registrado ya en varias lenguas y no permitió que la competencia lo usara.

Nota: décadas después, Disney comercializó en formato doméstico una terrible segunda parte, La cenicienta 2 (2002).

Reseña Panorama
Puntuación
9
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