Rob LaDuca y Robert C. Ramirez. Categoría: Película. |
Hay mucho que admirar en los primeros años de DreamWorks Animation, especialmente su irreverente experimento con la animación 3D en Hormigaz (1998) o la saga Shrek y la inteligencia de su asociación con Aardman, que a la postre dio como resultado el primer gran éxito del estudio, Chicken Run: Evasión en la granja (2000).
Sin embargo, en esos primeros años también siguió el modelo de Disney, y como por entonces la compañía del ratón no paraba de producir films para el mercado doméstico, el estudio dirigido por Jeffrey Katzenberg también experimentó con ese modelo de distribución. Eso sí, dado que Joseph: Rey de los sueños sigue siendo la única película de DreamWorks Animation comercializada directamente en vídeo, imagino que le fue tan bien como a Disney con esa fórmula.
La cinta es otra adaptación bíblica que sirve como compañera de El príncipe de Egipto (1998). Para ambas el estudio contó con expertos en teología, con el propósito de que la historia fuera lo más fiel posible: de hecho, comienza con el mismo texto en el que se informa al espectador de que, a pesar de ciertas licencias, es fiel a “la esencia, valores e integridad de una historia que es estimada por millones de personas en todo el mundo”.
DreamWorks Animation asegura que concibió el proyecto desde el inicio para su edición en vídeo y el caso es que se nota que no dedicó el mismo presupuesto que a sus films contemporáneos. Sin embargo, teniendo en cuenta esa menor ambición, la animación no está nada mal y yo diría que es el aspecto más convincente. El diseño de los personajes y la ambientación en el Antiguo Egipto están bien, en la línea de El príncipe de Egipto pero con bastantes menos decorados.
Hay unas secuencias oníricas que imitan el estilo de Vincent van Gogh que en el momento de su estreno resultaban atractivas y sorprendentes, aunque ahora, vistas tras Loving Vincent (2017), ya no parecen tan logradas. Otras ilustraciones de sueños, claramente realizadas por ordenador para ahorrar gastos, ya son más discutibles.
Finalmente, aunque incluye secuencias logradas, como la que muestra el almacenamiento de comida y los avances en agricultura, el conjunto está un pelín deslavazado y figura incluso una escena que recopila fragmentos ya vistos a modo de resumen. Salvo que fuese por ahorrar dinero, para no tener que animar más minutos, no veo qué función puede tener un recurso así.
Para ser una edición comercializada en formato doméstico es más que aceptable, pero eso no quita que sea un DreamWorks de serie B que difícilmente entusiasmará a quienes no aprecien la obra por su componente religioso.