Chris Butler. Categoría: Película. |
Aunque quizá el inicio del fenómeno se pueda situar en 1993 con Pesadilla antes de Navidad, o como muy tarde en el 2000 con Chicken Run Evasión en la granja, parece claro que en la década del 2009-2019, el stop motion vivió una edad de oro o, en todo caso, un renacimiento artístico y comercial. Durante ese periodo, prácticamente cada año llegaba a los cines una excelente película animada con esa técnica.
Aardman estaba más prolífico que nunca y entregó, entre otras, el inicio de una exitosa saga, La oveja Shaun La película (2015). También se interesaron por el stop motion cineastas tan interesantes como Wes Anderson –Fantástico Sr. Fox (2009) e Isla de perros (2018)-, Charlie Kaufman –Anomalisa (2015)- o Claude Barras –La vida de Calabacín (2016)-.
Pues bien, en tan fenomenal década para la animación creada fotograma a fotograma, hubo un estudio particularmente comprometido con la técnica y que, junto a Aardman, más contribuyó a su renovada popularidad: Laika. La década la comenzó con una de las más queridas películas, Los mundos de Coraline (2009), y desde entonces no tardaba más de tres años en tener listo un nuevo largometraje. Mr. Link: El origen perdido es el quinto.
Continúa con la asombrosa innovación del estudio dirigido por Travis Knight, de modo que las técnicas empleadas para animar los muñecos son cada vez más sofisticadas y precisas, incluyendo centenares de piezas realizadas con impresoras 3D de última generación, especialmente para los rostros de los protagonistas. Se nota, y para bien, desde que vemos los primeros personajes moviéndose en pantalla con un realismo inusual en el stop motion.
También se aprecia que la producción disfrutó de un notable presupuesto de 100 millones de Dólares -más que ningún otro film de Laika y casi a la par con las superproducciones contemporáneas de Disney y Pixar-. La acción transcurre en más de un centenar de decorados, todos creados con todo lujo de detalles y redondeados con un buen uso de animación por ordenador. En definitiva, el apartado visual es espectacular y solo por eso los amantes de la animación tienen el disfrute asegurado.
Ahora bien, si visualmente es un paso hacia adelante, la historia contada supone un pasito hacia atrás para Laika. Mr. Link: El origen perdido no seducirá a adultos con la eficacia del resto de su filmografía. Por lo pronto, la historia, aun con algún toque original, parece vista ya demasiadas veces y su estructura narrativa resulta constantemente familiar. Ni siquiera su desenlace se esfuerza en apartarse de lo previsible. Por otra parte, el humor es esencialmente físico -caídas, golpes, peleas…-, así que, salvo excepciones, no es precisamente ingenioso.
Cierto que el guion tiene muchos aspectos para ganarse nuestra simpatía. El más claro es el fuerte y atractivo personaje femenino, bastante más rico que el masculino, que solo gana en matices gracias justamente a la influencia de ella. También es bienvenido que el Pie Grande esté en las antípodas del arquetipo de la bestia masculina -hasta el punto de que quiere llamarse Suzanne-. Finalmente, no está mal que la amistad sea el valor resaltado, pero todos esos elementos positivos pierden eficacia por una trama que, en más de un pasaje, resulta poco atractiva.