Joanna Harrison, Robin Shaw, Lotta Geffenblad, Uzi Geffenblad y Rémi Duran. Categoría: Película, Recopilatorio. |
Vamos a cazar un oso es uno de los largometrajes recopilatorios que regularmente ofrece Rita & Luca Films, una distribuidora comprometida con el entretenimiento de calidad para los más pequeños que ha traído a España numerosas maravillas de animación -por ejemplo El niño y el mundo (2015) y La vida de Calabacín (2016)-.
Este es su segundo recopilatorio del 2020, tras Zibila y el poder de las rayas, y es aún más recomendable que el anterior. De nuevo la duración oscila en una hora, idónea para los espectadores que están descubriendo el cine, y recopila varios cortometrajes animados.
Comienza con el que da título al programa, adaptación del libro escrito por Michael Rosen que se inspira en las estupendas ilustraciones originales de Helen Oxenbury. Eso sí, la estética que predomina es la de Lupus Films, el estudio que lo realizó. Es el tipo de animación sencilla y de estilo clásico visto en propuestas de la compañía como Ethel y Ernest (2016) o The tiger who came to tea (2019). La parte visual del corto tiene encanto, los niños y el perro resultan adorables y logra que un solitario oso resulte conmovedor. Otra cosa es que la historia sea más bien mínima y, a pesar de cierto toque de aventura, seguramente solo seduzca a los más jóvenes espectadores.
Tras esta pieza central del recopilatorio, el programa continúa con uno de los muchos cortos protagonizados por Prick y Fläck, que es como se conoce en Suecia a Topitos y Manchitas. Caries Mágicas, dirigido por Lotta Geffenblad y Uzi Geffenblad, es una de esas obras didácticas cuyo propósito es concienciar a los niños sobre la importancia de lavarse los dientes si comen dulces. De nuevo, la trama no es particularmente imaginativa, pero está realizada con buen stop motion de atractiva estética.
Más singular es el siguiente corto, Aston y los regalos, dirigido también por los Geffenblad. Su estética de cutout digital es muy peculiar -recuerda un poco a la más ambiciosa obra del dúo, Franz y el director de orquesta (2005)- y la idea de un niño que se dedica a envolver objetos de casa para ofrecérselos como regalo a sus padres tiene su punto.
El corto final es el mejor de la función. Lobo grande y lobo pequeño (Grand loup et petit loup) es una delicia que lo tiene todo: una estética irresistible, brillante animación, personajes memorables, un guion original, buena narración… Es la clase de obra que debería gustar a espectadores sensibles de todas las edades y que entusiasmará a los amantes de la animación.
Solo por esta obra final ya merece la pena ver Vamos a cazar un oso, así que es idóneo para padres y tutores que busquen una hora de buen entretenimiento para los niños a su cargo.