Chris Williams. Categoría: Película. |
El monstruo marino pertenece a la vertiente de Netflix Animation que apuesta por la animación comercial, de ahí que sea apta para (casi) todas las edades y en animación 3D por ordenador, la técnica hegemónica en Estados Unidos cuando se trata de atraer espectadores masivamente. Sin embargo, una vez más la relativa libertad que ofrece la plataforma de streaming permitió abordar un proyecto hasta cierto punto inusual. Una fantasía con bestias marinas, al estilo de los clásicos de aventura de mediados del siglo XX, repleta de acción que incluye peleas a vida y muerte… El enfoque está algo menos centrado en el público infantil que de costumbre: por una vez, la no recomendación a menores de siete años parece apropiada en vez de un exceso de prudencia por parte de Netflix.
Desde que Toy Story (1995) inició la era de las películas en 3D, la única realizada en esa técnica que sea cercana desde un punto temático y tonal a la que nos ocupa quizá sea Cómo entrenar a tu dragón (2010) y sus dos entregas posteriores. El diseño de la bestia protagonista, de hecho, recuerda al del dragón de la saga de DreamWorks Animation.
La dirigida por Chris Williams no es tan bella ni, sobre todo, tan satisfactoria desde un punto de vista narrativo, pero es también muy estimable. Lo mejor es su estética, que aprovecha el avance tecnológico de la animación 3D por ordenador para explorar su vertiente fotorrealista en un contexto de fantasía. Otro aspecto notable es la puesta en escena de los pasajes de acción, especialmente el que abre el filme y el primer encuentro con el Bramante rojo o Red, que así llaman a la criatura protagonista. Finalmente, me parece un acierto el aspecto altamente caricaturesco de varios personajes, por ejemplo el de los reyes o buena parte de los cazadores.
En cambio, la estructura es algo convencional, la relación entre el cazador y la niña es un pelín previsible y el desenlace -por ejemplo el discurso de la niña y las reacciones que suscita- es poco creíble. Por supuesto que el mensaje de fraternidad y pacifismo que lanza es bienvenido, pero sus buenas intenciones no maquillan una ejecución que pierde fuelle en la parte final.
Chris Williams se encargó de El monstruo marino tras dirigir Big Hero 6 (2014) junto a Don Hall y Vaiana (2016) de nuevo junto a Don Hall y la pareja de veteranos Ron Clements y John Musker. Este es su debut en solitario y su labor como director es la más destacada: los principales problemas están en el guion que firma junto a Nell Benjamin. Si es que no se puede ser bueno en todo.