Bibo Bergeron y Don Paul. Categoría: Película. |
Tras un buen comienzo en 1998 con Hormigaz y El príncipe de Egipto, DreamWorks Animation dio un paso atrás con este tercer largometraje, que forma parte de la vertiente más clásica del recién creado estudio, la que repetía claramente el modelo de Disney y un tipo de animación 2D que también bebía de la casa del ratón.
A la La ruta hacia El Dorado se le puede conceder un elemento distintivo en su homenaje a las películas de viajes de Bob Hope y Bing Crosby, incluyendo el objeto de deseo femenino, Chel, en el rol que interpretaba Dorothy Lamour. Los parecidos son evidentes en la dinámica entre los dos amigos protagonistas y en un título que también comienza con “Road to…”, pero por si eso no fuera lo suficientemente claro incluye un homenaje al gag ‘patty cake’ que invariablemente termina con puñetazos.
Más allá de convertir el film en una comedia de amigos, fórmula que a DreamWorks Animation le dio muy buenos resultados con la saga Shrek, no acaba de funcionar del todo bien. A pesar de su estimable ilustración del folclore y la arquitectura meso-americana, su animación no es tan deslumbrante como la de El príncipe de Egipto. Los elementos cómicos son en general bienvenidos, pero también en ese apartado se queda muy lejos del festín de slapstick de El emperador y sus locuras (2000). Fue, por cierto, la segunda vez que DreamWorks y Disney presentaban el mismo año un proyecto de similar temática, tras Hormigaz y Bichos: Una aventura en miniatura, y en ambos casos Jeffrey Katzenberg hizo todo lo posible por estrenar antes que su competidor.
En fin, el humor y la estética no están mal y el número musical de la canción ‘It’s Tough to Be a God’ tiene una puesta en escena imaginativa. Sin embargo, el resto de elementos son flojos. El guion es increíble, la narración es convencional y las canciones de Elton John, que no son ninguna maravilla, no están siempre bien integradas en la trama. Luego, que los personajes españoles o americanos hablen inglés contemporáneo o que en la parte que transcurre en España suene música de influencia mexicana son cuestiones un tanto ridículas, pero como es una producción de Hollywood, no es la primera vez ni la última que eso ocurre.
Andrew Leal, en su análisis del film para el libro The Animated Movie Guide (2005), le otorga al film tres estrellas de cuatro y comenta lo siguiente: “el personaje más interesante del film es el villano, Tzekel-Kan. El personaje, animado por Kathy Zielinski, no es el habitual conspirador malévolo con el ceño fruncido, sino que realiza su trabajo con felicidad y diversión y siente pasión por los sacrificios humanos y los deportes de contacto”. También admira los diseños y símbolos meso-americanos empleados al inicio y final del film, que le recuerdan a la bella secuencia de apertura de Orejas largas (1978), la que por lo visto realizó John Hubley antes de abandonar el proyecto por diferencias creativas con Martin Rosen.