Yoshiyuki Momose, Akihiko Yamashita, Hiromasa Yonebayashi. Categoría: Película, Antología. |
Studio Ponoc se presentó al mundo con la estupenda Mary y la flor de la bruja (2017), película que heredaba la estética y el tipo de narración asociadas a Studio Ghibli, el estudio del que provenía su fundador, Yoshiaki Nishimura, y buena parte de sus animadores y directores. De hecho, quien asumió la dirección de ese primer largometraje fue Hiromasa Yonebayashi, que había realizado ese mismo rol en Arrietty y el mundo de los diminutos (2010) y El recuerdo de Marnie (2014).
Este es el segundo proyecto de la nueva compañía, un largometraje con formato de antología que reúne tres cortos. Por lo visto, originalmente debían ser cuatro, con uno de ellos dirigido por el gran Isao Takahata, pero no fue posible por su muerte en el 2018. Eso explica que la duración se quede por debajo de la hora, menos de lo habitual en este tipo de películas antológicas que, en la industria animada, solo se dan con cierta frecuencia en Japón.
Anunciada como la primera entrega del ‘Ponoc Short Films Theatre’, comienza con el corto dirigido por Yonebayashi, el más claramente deudor de la tradición de Studio Ghibli: podría ser una versión acuática de Arrietty y el mundo de los diminutos. El tipo de historia fantástica y su aspecto beben de Hayao Miyazaki y solo chirría un poco el empleo de animación 3D fotorrealista para algunos elementos.
El segundo corto, dirigido por Yoshiyuki Momose, se centra en un niño con alergia al huevo que vive una complicada infancia por eso mismo. Su estética es estupenda y está bien narrado, pero el guion no es el más estimulante de la función.
En cambio, el segmento dirigido por Akihiko Yamashita con el que concluye la antología es el más memorable y artísticamente satisfactorio. En esta mini aventura protagonizada por un hombre invisible todo resulta convincente, la estética, la animación, la manera de contar tan inusual historia, el intenso desenlace… Solo por ver este tercer cortometraje ya merece la pena, aunque no hay ninguno flojo, de modo que el conjunto es muy recomendable.