Ben Sharpsteen, Clyde Geronimi, Wilfred Jackson, Jack Kinney y Hamilton Luske. Categoría: Película, Antología. |
Walt Disney Studios dedicó buena parte de su producción de los 40 a las películas recopilatorias, pues debido a la Segunda Guerra Mundial no podía emprender largometrajes al uso. Primero se debió a los trabajos por encargo del Departamento de Estado de los Estados Unidos –Saludos Amigos (1942) y Los tres caballeros (1944)-, luego a las imposiciones militares –Victoria por Medio de la Fuerza Aérea (1943)-, finalmente a la necesidad de reaprovechar los cortos a los que no había dado salida –Las aventuras de Bongo, Mickey y las judías mágicas (1946)-.
Una vez terminado el conflicto bélico, tampoco pudo retomar enseguida los proyectos de films abandonados a principios de los 40, pues no disponía de presupuesto. Sí, Dumbo (1941) y Bambi (1942) habían mejorado las finanzas del estudio, pero la mayor parte de mercados habían permanecido cerrados durante más de un lustro y los costosos Pinocho (1940) y Fantasía (1940) habían hecho mella en las arcas de la compañía.
Tiempo de melodía es el sexto largometraje recopilatorio y uno de los concebidos para ahorrar dinero y así poder realizar nuevas películas, cosa que ocurrió finalmente con La cenicienta (1950). Está a medio camino entre el empleo de música clásica de Fantasía y el recurso a canciones populares de otro largometraje de estructura antológica del estudio, Música, maestro (1946).
Que fue creado con el ahorro en mente se nota, sobre todo en la sencillez de los decorados, la animación y, en general, de la propuesta. Walt Disney tuvo que dejar la innovación y su conocido perfeccionismo para mejores ocasiones. Esta es una obra menor, una suerte de Disney B que seguramente solo satisfaga a los entusiastas de la productora.
Eso no impide, no obstante, que haya momentos interesantes aquí. El segundo segmento, por ejemplo, el breve Bumble Boogie, es una imaginativa pieza con toques surrealistas bien sincronizada con una versión jazz de ‘El vuelo del moscardón’, de Nikolái Rimski-Kórsakov. Recuerda a los pasajes más abstractos de Fantasía.
Es igualmente un acierto Blame It on the Samba, que empareja de nuevo al Pato Donald con José Carioca en otra celebración de la samba. Está bien animado y es atractiva la combinación de imagen real y animación, pero en este caso es una propuesta un tanto repetitiva, pues los fragmentos dedicados a Brasil de Saludos Amigos y Los tres caballeros son similares.
Finalmente, tiene su encanto Little Toot, aunque esta historia de un pequeño barco que tiene que asumir responsabilidades de adulto también resulta familiar, pues es muy parecida a la de Pedro, el tierno avión de Saludos Amigos.
Muy interesante ya no hacen dibujos así en la actualidad me honra ver lo más destacado