LES KASSOS.
6/10
Les Kassos se dedica a parodiar series, películas, cómics y videojuegos, mostrando la verdadera y nada ejemplar vida de sus protagonistas. Buena parte de esos personajes proceden de propuestas para niños que trasladan a un contexto adulto. El concepto es muy similar a Robot Chicken, solo que con menos ingenio. Sí, sentimos cierto placer al ver a criaturas de ficción habitualmente inocentes revisadas en clave adulta, así que es una lástima que casi siempre sea de la manera más obvia.
La serie, cuyo nombre es una abreviación de ‘cas sociaux’ (casos sociales), sitúa a populares personajes en la consulta de una asistente social, una excusa para mostrarlos adictos a las drogas o al sexo, desempleados, mentalmente inestables… En fin, prácticamente todo el humor se reduce al más bajo denominador común, a chistes primarios sobre alcohol, tráfico de drogas o disputas entre ellos, casi siempre de un modo muy vulgar.
Puntualmente hay algún gag ingenioso, normalmente cuando dejan de lado la vertiente ‘caca culo pedo pis’, pero ver a Asterix y Obelix adictos a la alcohólica poción mágica, a E.T. masturbándose, a un decrépito Darth Vader cagándose encima o a los Pitufos en plena crisis de identidad tiene un atractivo limitado.
En lo que respecta a la animación, también dedica parodias a películas del periodo de renacimiento de Disney –La sirenita (1989), Aladdín (1991), La bella y la bestia (1992) y El rey león (1994)-, al anime de Death Note o Campeones: Oliver y Benji, a la saga de Pixar Toy Story, al clásico de Studio Ghibli Mi vecino Totoro (1988), al éxito de DreamWorks Animation Shrek (2001), y a obras esenciales de la animación francesa como El inspector Gadget o Érase una vez… la vida.
Les Kassos, hay que reconocerlo, mejoró en su cuarta temporada, cuando pasó de ser una webserie a estar producida por Canal+. La animación es más elaborada y, aunque el tipo de humor siga siendo más salvaje, primario y escatológico que otra cosa, ofreció más momentos inspirados que de costumbre.