Eric Darnell, Tom McGrath, Conrad Vernon. Categoría: Película. |
Madagascar 3: De marcha por Europa tiene un 6/10 en la habitualmente fiable web Metacritic -la que crea una media a partir de las opiniones de diversos críticos- y es la entrega más taquillera de la saga, así que se ve que gustó. A mí me ha parecido la más floja -y eso que las anteriores no son una precisamente maravilla- y creo que incluye momentos vulgares. De hecho, es mejor que los niños no la vean, no sea que luego, cuando crezcan, creen a su vez esta clase de películas con tan poca sensibilidad artística y con un tipo de comedia tan primaria*.
A priori, el trío de directores podía hacernos esperar algo mejor. Eric Darnell había dirigido la interesante Hormigaz (1998); Tom McGrath acababa de dirigir Megamind (2010), que no está nada mal; y Conrad Vernon, además de en Shrek 2 (2004), había asumido ese mismo rol en la reivindicable Monstruos contra alienígenas (2009). El trabajo conjunto de los tres, en cambio, se reduce a los tics de siempre de la saga: un ritmo frenético -se ve que para ellos la comedia es tener a los personajes en constante movimiento- y un uso de música que difícilmente podría ser más obvio.
¿Los protagonistas van a Roma? Suena ópera italiana y una remezcla discotequera de ‘Tu vuò fà l’americano’. ¿Se reúnen varios personajes franceses? Cantan ‘Je Ne Regrette Rien’. Y así una y otra vez hasta el punto de que no hay ni un solo tema de la banda sonora que no sea de sobra conocido. Va a tener razón el director de un famoso museo cuando afirmó que a la gente solo le interesa lo que conoce -para luego añadir “y conoce cuatro cosas”-. Por si esto fuera poco, en hasta dos escenas clave suena la horrenda ‘Firework’, interpretada por Katy Perry -ahí es donde entra la vulgaridad en escena- y en la parte final vuelve ‘I Like To Move It’. En fin, yo diría que el 75% del humor de la película tiene que ver con la música, así que muy sofisticado no es.
Y por supuesto, siento esta una película de Hollywood destinada al consumo masivo, en Francia por alguna razón los habitantes hablan entre ellos en inglés con acento francés, y lo mismo ocurre en Italia, pero con acento italiano, claro. Luego, el personaje con acento ruso es antipático y violento -cómo no-, aunque al menos lo redimen un poco haciendo ver que tiene un pasado traumático. Estos lugares comunes del etnocentrismo estadounidense tendrían un pase si los personajes no fueran estereotipos.
En cuanto al guion, me sorprende enormemente que Noah Baumbach sea uno de los dos autores. Es un excelente director y guionista, y fue también coguionista de la estupenda Fantástico Sr. Fox (2009), junto a Wes Anderson, así que tiene experiencia con el medio, pero si aquí hay aunque solo sea pequeños destellos de su talento no soy capaz de apreciarlo. Claro que si la dirección es tan poco brillante y constantemente tenemos que padecer canciones de éxito usadas sin creatividad alguna, por interesante que sea el guion quedará irremediablemente arruinado.
Y sí, puntualmente hay algún gag con cierta gracia, alguna ocurrencia visual acertada, pero es más una suma es escenas independientes que una historia cohesionada -cosa que ya ocurría en Madagascar 2 (2008)-. Además, no hay forma de creerse las motivaciones de la villana de turno ni las decisiones que toman buena parte de los personajes. Un ejemplo de los muchos que hay: los pingüinos se dedican a ganar todo el dinero que pueden para pagar su vuelta a Estados Unidos, y una vez tienen el dinero compran en su lugar un circo. ¿Por qué? Para colmo, uno de los pingüinos dice en un momento dado eso mismo, que con el dinero que tenían podían haber comprado billetes de avión para volver al país: es como si los guionistas trataran de escusarse en boca de unos de los personajes por la falta de verosimilitud, como si realmente estuvieran diciendo ‘ya sabemos que no tiene ningún sentido, pero es que si cogen el avión se nos acaba la película en media hora’.
Por películas como esta la filmografía de DreamWorks Animation se queda tan lejos de la de Pixar.
*Es mejor que, en su lugar, vean propuestas de animación aptas para público infantil mucho más creativas, como Pánico en la granja (2009), La vida de Calabacín (2016) o Wolfwalkers (2020).